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Si ahora mismo alguien me dijera: “Venga, elige una película independiente, que sea contemporánea, de más allá de Europa y que además reúna los siguientes requisitos:



1.- que sea original
2.- que sea un drama pero un drama con bránqueas que lo oxigenen
3.- que rebose frescura y estilo
4.- que mire y se deje mirar con inteligencia (lo que la convierte en una proeza visual)
5. que despierte la conciencia del letargo sistemático
y por último,
6.- que sepa cómo suavizar las cargas de la vida a base de madurez y optimismo”.



¿Dónde hay que firmar? Me and You and Everyone We Know es todo esto y más. Una película coral que expone, del modo más estilizado posible, la noción de soledad, del amor sacro, de las dificultades que van apareciendo a medida que crecemos y que en su mayoría son creaciones propias e inventadas. Del duro proceso de separación de una pareja y la consiguiente negación por parte de los hijos de alguno de los progenitores. Del silencio. Del paso del tiempo. De la búsqueda de compañía y el rechazo a la soledad en una sociedad donde el individualismo va ganando batalla por día pero sólo destruye. Porque ¿cuándo una batalla fue ganada por uno solo? La soledad destruye, y esa libertad inalienable que tenemos nos lleva en busca de ese alguien con quien hacer del paseo vital un agradable crucero por las marismas de lo incontrolable.



Tan incontrolable como el torrente de talentos de Miranda July. Una joven artista multidisciplinar a la que tan pronto vemos en una performance acerca de cómo hacer un botón con queso , como componiendo un disco de electrónica experimental, escribiendo un relato o montando una plataforma digital.



Y es que la que empezó escribiendo obras de teatro en un club social californiano llamado ‘924 Gilman’ ha hecho de todo. Destacamos su colaboración con Wayne Wang con quien coescribió los guiones de Smoke (95’) o Blue in the face (95’); sus videoclips para artistas como Sleater Kinney (‘Get up ’) o Blonde Redhead ('Top ranking '); su proyecto Joanie4Jackie , en el que July, al grito del “házlo tú mismo”, solicitaba cortos de mujeres con los que luego crearía un precioso cadáver exquisito, o su instalación The Hallway en la que aboga por recuperar nuestro instinto animal en cualquier toma de decisiones.



No nos olvidamos tampoco de otras colaboraciones con el escritor Jeffrey Eugenides (grande por su novela Middlesex) o su reciente cooperación en el último cortometraje del gran Michel Gondry, I’m here (10’). Por supuesto tampoco pasamos por alto aquel libro que publicó en 2007 Learning to love you more que acabó convirtiéndose en una auténtica revolución interactiva en Internet, ya que se montó una plataforma online en la que todo el que quisiera podría subir sus trabajos en torno a cómo cambiar poco a poco nuestras vidas, ser un poco mejores y aumentar nuestra capacidad de amar. Toda una revolución, vaya.



Del mismo modo que esta cinta, que además de tener en sus filas a ese niño de ojos penetrantes que llegará muy lejos (Brandon Ratcliff), tiene, no sólo la pericia de plantear interrogantes en cada escena, esos detalles no resueltos que hacen que te mantengas expectante hasta la siguiente, sino que además posee una destreza visual a la hora de enfrentar los efectos especiales de la película que me parece sencillamente magnífica.
Haciendo uso de las posibilidades que hoy en día ofrece el formato HD (utilizaron una cámara Sony HDW-F900 CineAlta relativamente adsequible), Miranda July ha compuesto una cinta (obtuvo los premios gordos en Sundance y Cannes en 2005), en la que no existen grietas ni argumentales ni estilísticas dentro de su propósito.



Así pues, partiendo de personajes aparentemente anodinos, la cinta muestra la clara diferencia generacional a la hora de enfrentarse a la vida. Por un lado están los niños, el ser en estado puro aún no corrompido; en ellos no hay miedo, no hay duda, sólo caminan. Por otro lado están los ancianos, que han llegado a la verdadera comprensión del todo, la aceptación del destino y el amor eterno. Por último, nos encontramos ante la verdadera generación del dilema, la mediana edad en la que los miedos entran en escena sin saber muy bien por qué. No hay más que ver a los dos protagonistas, Christine y Richard, intentando escapar de sus fantasmas o construyéndose más. Pánico a decir la verdad, a enamorarse, a sufrir, a todo... para evidenciar ese momento hasta donde existe la magia entre dos personas. Ese punto de no retorno hasta donde eres capaz de hacer el idiota para la otra persona, hasta donde no decides pasarlo bien, sino que lo pasas, y hasta donde encuentras esa idílica fábula común de palabras y promesas flotando. Después de eso, dice July, es la vida que pasa.



Porque lo que verdaderamente importa cuando amas a alguien es dejar atrás el orgullo, ya que se trata de nuestro falso ego actuando -el creador del miedo, de la duda, la inseguridad- el que nos aleja de nuestra verdadera naturaleza libre y amante. Llena de amor por dar y recibir. Porque es ese falso ego el gran intruso destructor de la vida. La pequeña grieta por la que se cuelan todas las maldades y las cosas que no sabemos ni deberíamos querer saber. Eso sería llegar a su control, y el control paraliza el crecimiento e invalida la capacidad innata de amar y ser dignos y merecedores de amor.
Un amor tan grande como esta búsqueda incansable de respuestas a un mundo que nos resulta tan grande y en el que nos sentimos tan insignificantes que necesitamos de alguien que también haya interiorizado eso y decida compartir el resto de los “ilegibles” acontecimientos de su vida contigo.


De esta manera, con un sentido del tempo narrativ o sublime, la película se convierte en un perfecto mix entre la banalidad y su contrario, entre lo cotidiano y lo que deja ver el momento mágico del día. Ese en el que podemos, como decía el gran gurú Paulo Coelho, sentir que los miedos han caído y que todo puede pasar. Que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices, que hemos atrapado (por muy contradictorio que parezca) a la libertad y la tenemos contra las cuerdas. Como una lucha a pecho abierto contra la tortura sistemática del estrés, de la inconsciencia, del agonizante e incansable tic-tac dictador del reloj. Y aún cuando estamos tan cerca del grito triunfante y el furor del público por asestarle el último jaque al enemigo, lo dejamos ir. Le damos rienda suelta para que experimente la misma sensación de independencia, de estar aquí para ser, en vez de ser para estar.



Porque como bien nos dice el autor de Biología de la fe Bruce Lipton en el maravilloso documental Kymatica (09’): "La supervivencia implica un balance entre el crecimiento y la protección (...) no se puede estar creciendo y defendiéndose al mismo tiempo. No se puede estar continuamente en lucha".



Así pues, o creces… o creces. Aunque sin lucha no hay crecimiento. Y si no nos damos cuenta de la responsabilidad que tenemos con nosotros mismos de no dejar que se escape lo que realmente queremos, no habremos luchado en ningún ring.
Y aunque no hay modo alguno de pintar el aire o de oler un fotograma, esta película de increíble banda sonora desprende con sus tonos rosáceos y su suave olor a lilas, un brutal corte de mangas soterrado a ese sistema que nos ha hecho creer que es natural o que nos pertenece y le pertenecemos. Pero lo cierto es que somos luciérnagas en un cielo oscuro y sólo si nosotros queremos, brillamos.



If you really love me
then let's make a vow...
right here, together...
right now
- Okay?
- Okay

- All right. Repeat after me...

I'm gonna be free.
And I'm gonna be brave.
And the next one is...
I'm gonna live each day,
as if it were my last
And in the dark of the night,
and it does get dark…
when I call a name…
It'll be your name.

What's your name?
Never mind.
Let's go. Say it.
Let's go. Everywhere.
Even though we're scared.
'Cause it's life...
And it's happening right now

All right. Now let's kiss
to make it real, okay?
Okay.



Ficha Técnica:
Título original:Me and You and Everyone We Know
Año:2005
País:Estados Unidos
Género:Drama / Comedia
Dirección:Miranda July
Guión:Miranda July
Duración:95 min.
Reparto:John Hawkes, Miranda July, Miles Thompson, Brandon Ratcliff, Carlie Westerman, Brad William Henke

Datos del archivo:
Idioma: Igles con subs en español(srt)
Calidad: DVDRip
Resolución: 640x350
Formato: AVI
Tamaño: 700 MB

Sinopsis:
Christine Jesperson (Miranda July) es una artista solitaria que trabaja como conductora de taxis para mayores. Ella utiliza sus fantasías artísticas para sentirse más cerca de sus objetos de deseo. Richard Swersey (John Hawkes), dependiente de zapatería recién separado y padre de dos niños, parece estar preparado para las cosas sorprendentes que van a pasarle, pero cuando conoce a Christine, siente pánico. La vida no es tan complicada para los hijos de Richard. Robby, de siete años, mantiene un peligroso romance por Internet, mientras que Peter, de catorce años, se convierte en conejillo de Indias de unas chicas vecinas suyas, que están practicando para sus futuros noviazgos y bodas. En este universo, lo prosaico es trascendente y las personas comunes y corrientes se convierten en personajes luminosos que hablan de sus pensamientos más íntimos, siguen secretos impulsos y experimentan momentos de sincera humanidad que a veces se acercan a lo surrealista. Buscan compañía por caminos atormentados y finalmente encuentran alivio en los breves momentos en que consiguen conectar con alguien en la tierra. (FILMAFFINITY)

2005: Festival de Cannes: Cámara de Oro (mejor ópera prima)
2005: Sundance: Premio Especial del Jurado (Miranda July por su original visión

Enlaces de descarga:
http://www.gamefront.com/files/22103340/Meayouever_by_plial_part1_rar
http://www.gamefront.com/files/22103660/Meayouever_by_plial_part2_rar
http://www.gamefront.com/files/22103837/Meayouever_by_plial_part3_rar
http://www.gamefront.com/files/22103925/Meayouever_by_plial_part4_rar
Contraseña: yonofui

Subtitulos en Español
http://www.putlocker.com/file/0613FA6C33CFD34B

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Las películas de tu blog se ven muy buenas, la forma en que encuentras los pequeños detalles es genial

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